viernes, 18 de julio de 2014

"AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR ..."

"Al César lo que es del César ..." (célebre frase atribuida a Jesús, de Nazaret).

Llevo manifestando queja, tras queja, hacia lo infecundo de la gestión de la ONU (sobre todo la correspondiente a su Consejo de Seguridad) y de sus trágicas consecuencias por ineluctable "merecimiento propio", pero en honor a la más completa verdad debo reconocerle a esta universal institución, igualmente,  determinadas y valientes resoluciones dimanadas de alguno de sus más específicos Departamentos, en pro de la coherencia y justicia sociales.

Recientemente, el Consejo de Derechos Humanos de esta Organización, a petición de los Gobiernos de Ecuador y Sudáfrica, ha aprobado una resolución histórica que abre el camino para poder vigilar, de cerca, el cumplimiento de los derechos humanos por parte de las multinacionales, a lo largo y ancho del planeta.

No obstante, y no debiera sorprendernos, la citada resolución fue aprobada por 20 votos a favor (República Popular China, Federación Rusa, India, Venezuela y República de Cuba, entre otros), 14 en contra (EE.UU. y U.E., los más "sonados") y 13 abstenciones.

Queda, pues, evidente, qué países defienden al gran capital, a la banca y a las grandes compañías privadas y cuáles tratan de proteger a las víctimas de los abusos de las grandes empresas.

Esta tan batallada y justa resolución emplaza al citado Consejo de Derechos Humanos a organizar un grupo de trabajo con los gobiernos de distintas naciones para crear un marco legal, un tratado universal que comprometa, de forma efectiva, a los Estados a supervisar el cumplimiento de los derechos humanos.

Es decir, -en "román paladino"- crear un tratado vinculante para todas las multinacionales que no les permitan ningún tipo de incumplimiento de derechos humanos.

Hasta ahora (y en este particular caso sí que no nos sorprende) tan solo existía legislación protectora para dichas multinacionales, tratados de libre comercio, "versus": normas de impunidad para los inversionistas, pero ninguna de carácter vinculante en el derecho internacional que pudiera señalar a éstas como posibles culpables.

A partir de 2.015 estos gigantes empresariales dispondrán de dos años para ponerlo en práctica (dice Tom Kucharz -portavoz de Ecologistas en Acción-). "Ha quedado claro que los crímenes de lesa humanidad cometidos por empresas transnacionales, y los que se siguen cometiendo en la actualidad, no pueden continuar impunes. Es una demanda de las víctimas de estas violaciones de los derechos humanos y de gran parte de las organizaciones y movimientos sociales del mundo, explica".

Son varias y fundamentales las finalidades de esta futura norma internacional de obligado cumplimiento; entre otras, garantizar unas condiciones de trabajo dignas, se trate del hemisferio, o país que fuere. Pero también deberá servir para luchar (ahora con la Ley en la mano) contra la contaminación de suelos, ríos y mares.

Kucharz insiste: "los países que no han firmado la resolución defienden los espurios intereses de las empresas y no los de los ciudadanos. Este es el resultado de cuarenta años de políticas neoliberales".

A pesar del poder corporativo de Stop Corporate Impunity, que lleva meses ejerciendo diversa presión política para influir sobre tan fundamental decisión de la ONU, por contra las más de 610 organizaciones, de 95 países, que han venido exigiendo la aprobación presentada por los gobiernos de Ecuador y Sudáfrica, han logrado, de momento, este gran avance en favor de la lógica y del bien común.

Divulguemos y luchemos juntos para erradicar los crímenes de las multinacionales y su impunidad, abracemos la sugerencia que nos hace Kucharz: "esta votación tan solo es una victoria de una batalla parcial; nos queda mucho por delante. El resultado del grupo de trabajo intergubernamental dependerá de la continuidad de las movilizaciones de la sociedad civil ".

¡NO LO OLVIDEMOS, COMPAÑEROS, SIGAMOS EN LA LUCHA!.






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