domingo, 27 de julio de 2014

¿SERÍA POSIBLE UNA ALIANZA UNIVERSAL?

No sé si por pertenecer a Tauro, signo estelar que nos tacha de recalcitrantemente pertinaces, o si por simple raciocinio, el caso es que parezco obsesionado con la Organización ONU y con su nulidad práctica.

Creo, entre otras cosas, que esta macroinstitución está obligada a ofrecer mucho más eficaces resultados de sus múltiples y variadas gestiones para las que fue encomendada (aunque tan solo fuere por el enorme costo, intelectual y económico que supone su mantenimiento).

Para mi ego personal -que no para el drama humano consecuencial, y  siempre confiando sinceramente en su pronta definitiva resolución-  compruebo, una y otra vez que mi simple análisis de ciudadano libre (o, casi) viene a coincidir, reiterativamente, con otros muchos de semejante sesgo y provenientes, desde luego, de indudables más sesudos interpretadores.

Para nada me tengo por incondicional de Fidel Castro (aunque le reconozca variado meritaje puntual de entre su elongada biografía), pero en esta concreta ocasión me veo obligado a mencionarle en relación con su personal transcripción, recientemente publicada en su estatalizado Granma y titulada como "Reflexiones".

Tales individualizadas consideraciones las prologa con un inicial y elogioso repaso a nuestros ancestrales "padres ideológicos políticos" y ensalzando algunos de los supuestos logros desarrollistas y sociales conseguidos en aquéllos específicos países de su "preferencia"; continúa con muy virulentas, y en este caso sí, acertadas críticas hacia el monstruo gringo (EE.UU.) y al injusto y ya eterno bloqueo internacional con que sus distintos gobiernos, tan injusta e inhumanamente vienen manteniendo sobre los habitantes de nuestra tan fraterna isla caribeña.

Pero seguidamente, y por ello me parece justificable citar a este personaje en el presente artículo, Castro pasa a enumerar, en detallada referencia, los resultados de la recién concluida reunión celebrada en Fortaleza (Brasil), de la que resultó aprobada una importante Declaración entre los países componentes del grupo BRICS (en economía internacional se emplea la sigla BRICS para referirse, conjuntamente, a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica -todas estas naciones mantienen grandes poblaciones, lo que les proporciona dimensiones estratégicas continentales y una gigantesca cantidad de recursos naturales. Últimamente han presentado enormes cifras de su producto interior bruto y de participación en el comercio mundial, lo que les hace, a día de hoy, destinos atractivos como destino de inversiones).

Los BRICS proponen una mayor coordinación macroeconómica entre las principales economías, en particular, en el G-20, como un factor fundamental para el fortalecimiento de las perspectivas de una recuperación efectiva y sostenible en todo el mundo.

Este importante e influyente grupo acordó en dicho evento la firma del Acuerdo constitutivo del Nuevo Banco de Desarrollo, con el fin de movilizar recursos para proyectos de infraestructura y de desarrollo sostenibles de los países BRICS y de otras economías emergentes y en desarrollo.

El grupo BRICS viene también a reconocer el básico papel que juegan las empresas estatales en las economías de los respectivos países (justo el contrario pensamiento de la casi institucionalizada ideología neoliberal que nos aplasta en Occidente), así como también el de las pequeñas y medianas empresas como creadoras de empleo y riqueza.

Destaca también Castro, con acertado criterio y coincidiendo con los oficiales representantes de BRICS en "la necesidad de una reforma integral de las Naciones Unidas, incluido su Consejo de Seguridad, con el fin de hacerlo más representativo, eficaz y eficiente, de manera que pueda responder adecuadamente a los desafíos globales".

Fíjense bien en que entre los suscriptores de tal demanda, se encuentran dos de los cinco poderosos y privilegiados países de dicho Consejo de Seguridad con derecho a veto: la Federación Rusa y la República Popular China (me parece altamente significativo).

Reiteraron, entre otros importantes acuerdos, su absoluta e incondicional condena al terrorismo, en todas sus formas y manifestaciones; condenando enérgicamente el uso de armas químicas, y dieron la bienvenida a la decisión de la República Árabe Siria de adherirse a la Convención sobre Armas Químicas.

Reafirmaron su compromiso de contribuir a una solución global del conflicto árabe-israelí sobre la base del marco legal internacional universalmente reconocido, incluyendo las Resoluciones pertinentes de Naciones Unidas, los Principios de Madrid, y la Iniciativa de Paz Árabe, expresando su apoyo a la Conferencia sobre el establecimiento de una zona de Oriente Medio libre de armas nucleares y otras armas de destrucción masiva.

Al parecer y con alguna sorpresa (por dubitatismos y reticencias previos) trataron sobre Ucrania, haciendo un llamamiento al diálogo y a la paz, en el intento de llegar a consolidados y definitivos acuerdos políticos; y apoyaron al gobierno de Irak en defensa de su soberanía territorial.

Pero sobre todas las cuestiones tratadas, prevaleció la coincidencia plena del absoluto papel central que le corresponde a la ONU en la coordinación de la acción internacional, en conformidad con la Carta de Naciones Unidas y siempre con respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales.

"Reconocieron que el cambio climático es uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad, e hicieron un llamamiento a todos los países a construir sobre las decisiones adoptadas en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), con miras a llegar a una conclusión exitosa para el año 2.015".

"Expresaron la importancia estratégica de la educación para el desarrollo sostenible y el crecimiento económico inclusivo; así como destacaron el vínculo entre la cultura y el desarrollo sostenible".

La próxima cumbre de los BRICS será en Rusia, en julio del 2.015.

Como conclusión: confío en que se pueda despejar, a corto plazo, la "ceguera" que vienen demostrando, prácticamente, todos nuestros Organismos Occidentales; que observen el crecimiento de estos otros no menos poderosos países de nuestro Orbe,  que tomen debida nota y aprovechen e imiten estos otros fructíferos y acertados ejemplos (sociales, políticos, económicos y de convivencia). Que  los gobiernos de uno y otro hemisferio decidan, de una vez, romper con tanta reticencia y competitividad supranacionales; que opten por congeniar medidas comunes (las que resulten precisas) en aras a alcanzar una verdadera Alianza Universal, para que, finalmente, todos podamos vivir en un mundo mejor, en una respetada Tierra común para todos y en paz.














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