miércoles, 29 de enero de 2014

RECAPITULEMOS ...

Aprendí hace ya tiempo la importancia del ejercicio recapitulatorio y  periódico en todos los órdenes y ciclos de mi vida (profesionales, políticos y personales).


Traigo la idea a colación porque en estos precisos momentos la situación social y política mundial está sufriendo una profunda transformación (en España, en Europa y en todo el orbe) que nos impele sin demora, y responsablemente, a un detallado, amplio y profundo análisis de su génesis, desarrollo, consecuencias (directas e indirectas) de dichos drásticos, incluso hasta determinados irreversibles cambios.

Seleccionemos para este somero estudio y en principio a nuestra unión de Europa (por pertenencia, influencia directa y coautora, al menos parcial, de tan significativa mutación); a esta unión territorial, utópica y cuasi poética, ideada por nuestros más preclaros pensadores de hace ya tres siglos postreros, esta Unión Europea hecha finalmente realidad.

Este casi increíble pero cierto hecho cambia radicalmente la correlación de fuerzas de sus países miembros (hasta sus respectivas  formas de vida). Elimina, (de un plumazo y supuestamente para siempre), otrora frecuentes rencillas fronterizas, invasionistas, de anexión, o de competencia. Pacifica y hermana territorios y ciudadanos, alía y unifica el comercio (ahora común) y fortalece a los Estados asociados.

Pero esta internacional Institución (semejante a cualquier otra obra humana) nace imperfecta; el genético egoísmo que nos identifica obligó, "al parecer", a sus creadores a priorizar al comercio y su mercantilismo como el "primum movens" y básica exclusiva razón justificativa, y más cierta, para la construcción de tan magnificente Organismo -de ahí su primaria nomenclatura: "Comunidad Económica Europea"-.

Es decir, obviaron y mancillaron intencionada y espuriamente, la verdadera esencia originaria que nuestros pretéritos filósofos trataron de mostrarnos (propuestas que para muchos de nuestros dirigentes tachan, peyorativamente, de bucólicas y literarias).

La verdadera concepción ideológica de tan ambicioso proyecto iba, inicial  y fundamentalmente, dirigida al logro de la fraternal unión de los Pueblos de Europa, a posibilitar una pacífica convivencia entre seres humanos iguales en derechos y deberes (legislación y normas vivenciales), a compartir equitativamente los bienes productivos y de equipo, haciendo común sus riquezas y variedad europeas, a sumar potencialidades (intelectuales, científicas, industriales, etc ... y también comerciales) frente a la competición exterior.

Y a pesar del pernicioso y degradante desviacionismo intencionado, aún en la práctica actual y a pesar de la indiscutible y atenazante influencia de las Instituciones europeas en la gobernanza de sus Estados (desastrosa sobre todo para los países del cono sur), todavía, digo, y afortunadamente, no han sido transferidos los Gobiernos nacionales, no se ha creado, todavía,  un Gobierno unitario europeo. Queda un largo y complejo recorrido para alcanzar tal propósito.

Por tanto y hasta llegar a  ese lejano horizonte y a la vista de los indudables nefandos resultados que el puntual cumplimiento de las "recomendaciones" dimanadas de dichos "maternales" Organismos venimos sufriendo, persisto en mi sugerencia, en mi encarecimiento de alerta, en la  oportuna e imprescindible tarea del ejercicio de la RECAPITULACIÓN. Es éste, creedme, un especialísimo y crucial momento histórico: "Elecciones Europeas".

Recapitulemos, recapitulemos por tanto, ordenada, detallada, fría, desapasionada y profundamente qué nos conviene.

Qué partido político, o grupo partidario candidato nos ofrece el programa de mayor interés, cuál nos ofrece una relativa mayor seguridad de cumplimiento del mismo; quién nos podrá defender con más garantías nuestros derechos sociales y de sostenibilidad; quién, en definitiva, será capaz de anteponer los derechos de los Pueblos por encima de los intereses del Mercado; quién está, por ahora, " libre de culpa".

Acudamos después a esta fundamental cita con las urnas con los deberes cumplidos,  asumamos  nuestra intransferible responsabilidad ciudadana con nuestros objetivos bien clarificados y ponderados, nos jugamos mucho.

Dependerán, en gran medida, del escrutinio final de esta próxima confrontación política internacional, el bienestar y el futuro de nuestras propias vidas, de nuestras familias y sobre todo ...de los de nuestros hijos.