Que el sistema público sanitario español sigue siendo uno de los mejores de Occidente está fuera de toda duda, pero que las neoliberales políticas al uso están menoscabándole gravísimamente, también.
Las austericidas imposiciones de la Troika europea, a pesar de evidenciarse como nefastas y contraproducentes para nuestros pueblos continentales (especialmente sureños) persisten, insatisfecho su voraz apetito exterminador, incrementando inauditas y exigentes punibles medidas sociales.
Aún siendo, todavía, cierta la preponderancia comparativa de nuestra calidad asistencial, lo cierto es que tan honrosa distinción viene sufriendo muy serios descalabros en detrimento de nuestra autóctona población (consecuencia única y directa de tales recortes de recursos públicos) ...no digamos ya respecto a los grupos de irregularizados inmigrantes.
En estos días asistimos, atónitos y "descolocados", a drásticas y contradictorias decisiones de nuestras más inmediatas autoridades sanitarias.
Desde las correspondientes gerencias hospitalarias de la Comunidad de Madrid se ha decidido la disparatada decisión del cierre estival de habitaciones, dándose el paradógico y esperpéntico caso del Hospital Universitario 12 de Octubre, donde se han dado Altas de manera "forzosa" a pacientes mayores con dolencias de carácter crónico (en román paladino: les han echado).
Pero la cainita y destructiva agresión social que nuestros enemigos de clase nos infringen sin tregua, además de incrementarse está llegando a tomar sesgos de auténtica belicosidad armada.
Armada por el poder legislativo, con peculiarísimos dictámenes a su exclusiva conveniencia y siempre protectores de sus clasistas privilegios.
La desvergüenza de esta casta indeseable llega hasta la auténtica coacción pública (respaldada por leguleyas normas internacionales, dimanadas por sus homólogos cómplices institucionalizados): "el Gobierno español amenaza con multas millonarias por devolver la sanidad universal a los emigrantes sin papeles".
El pregonero del ramo, Secretario General de Sanidad (Rubén Moreno), nos advirtió "para conocimiento y efectos", que la devolución de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares puede conllevar a catastróficas consecuencias, como multas diarias por parte de la nunca suficientemente ponderada UE, imprimiéndonos aún mayor carga de cívica responsabilidad, toda vez que podrían llegar a retrotraérsenos todos los fondos europeos, inclusive.
La desfachatez, la prepotencia y la deshumanización de estos obscenos representantes políticos, propios y foráneos, resultan de todo punto insoportables.
Lo miremos por donde lo miremos, resulta imposible justificar lo indefendible: este actual régimen del "trágala amordazante", la continua agresión social no deberemos consentirlas.
Llegado es el momento de echarles, hay que sacarles -democráticamente- de todas nuestras instituciones (nacionales y europeas).
Es la única salida a la vista, es la sola medida de supervivencia: "o ellos, o nosotros" ...No olvidemos que los sometidos conformamos tres cuartas partes de la demografía del orbe, ellos solo representan la otra cuarta parte ...