martes, 10 de noviembre de 2015

EL COMERCIO QUE NOS GOBIERNA

Ya nos lo advertía Marx en el XIX "...este amo (el Capital), a la vez distinguido y bárbaro, arrastra consigo a la tumba los cadáveres de sus esclavos, hecatombes enteras de obreros que sucumben en las crisis ...". "... es decir, disminuyen tanto más, relativamente, los medios de vida de la clase obrera ...".

Igualmente, nos aseguraba que el sistema de economía capitalista, fatal y puntualmente, entra en cíclicas crisis; crisis que específica e ineludiblemente también ha de salvar, por ende, su más directa afectada e inocente sufridora clase trabajadora.

Dos siglos después no solo seguimos padeciendo este aberrante sistema y sus predecibles nocivas consecuencias ...los de siempre, sino que además los poderosos del planeta se han fortalecido y consolidado extraordinariamente, tratando de lograr, ahora,  un verdadero legal blindaje pluricontinental.

Ya no son simples caciques provincianos, tampoco meros terratenientes de tres al cuarto, ni siquiera son relumbrones lacayos economistas quienes dirigen nuestros intereses comerciales; muy al contrario y peligroso, se trata de abstractos e inmensurables grupos económicos globalizados (holdings internacionales), los que, llevados de la mano de deshumanizados y robotizados tecnócratas, no se conforman con manejar los mercados del orbe, sino que influyen en los propios Estados dictándoles a sus respectivos equipos directorios cómo han de aplicar sus respectivas legislaciones, las medidas a tomar en base a su exclusivo interés mercantil.

En estos momentos y como bien sabemos, se siguen llevando a cabo las obscenas negociaciones alrededor de la ratificación del Acuerdo Trasatlántico de Libre Comercio e Inversión (TTIP), entre los Estados miembro de la UE y EEUU, por un lado. Por otro y a la par, el Acuerdo Económico y de Comercio Global (CETA), entre Canadá y EEUU. 

Tanto uno como otro tratados, no devienen (como a simple vista pudiera parecer) de los propios más imperialistas gobiernos, aunque esto sí, sean sus principales impulsores y valedores; su más espurio origen lo basamentan muy otros específicos y concretos actores: son los grandes sectores económicos mundiales (compañías farmacéuticas y financieras, entre otros), los que exigen, taxativamente, el logro de la máxima impunidad legal para sus "trapicheos" mercantiles. Para ello compran todas aquéllas voluntades precisas, en la seguridad de su pronta y merecida amortización inversora (premisa imprescindible a cumplimentar para sus "rentables" fines subsiguientes).

Mientras todo esto ocurre, los gobiernos de EEUU e Israel, a instancias de los más abominables intereses de sus opulentas multinacionales representadas, se ven obligados a ridiculizarse una y otra vez, ante la ONU, al persistir en el bloqueo internacional a Cuba, siendo los únicos países que se niegan a su definitiva apertura comercial.

Sin ir más lejos, en octubre anterior, EEUU aplicó una multa de 1,116 millones de dólares al banco francés Credit Agricole, que se suma a la de $ 1,710 millones al alemán Commerzbank, el pasado mes de marzo, por realizar transacciones con Cuba. El sistema de mensajería segura SWIFT se vio obligada a cancelar un contrato de servicios, siendo retenido el primer pago de la compañía SPRINT para iniciar las llamadas telefónicas directas, y se retuvieron varias transferencias bancarias a Cuba por la operación de vuelos charter.

Estos "exquisitos árbitros internacionales" continuarán cometiendo semejantes interferencias mercantiles ...pero también gubernamentales, con absoluta impunidad, a semejanza y prepotencia de pretéritos históricos Emperadores ...y secuaces. Sirva para ello el ejemplo de nuestro ínclito héroe nacional, el marqués de Santillana, que ordenó la construcción de su palacio en EL Viso "porque pudo, y porque quiso".

Como de nuestros gobiernos habituales no habremos de esperar formales intentos de revertir esta infamante situación, deberemos ser nosotros quienes tratemos de hacerlo.

No obviemos cualquier ocasión que se nos presente ...