viernes, 19 de agosto de 2016

CARTA ABIERTA A CLIAS-AFILIADOS Y SIMPATIZANTES

"Se conoce como coalición política, alianza política o bloque al pacto entre dos o más partidos políticos, normalmente de ideas afines, para gobernar un país, una región u otra entidad administrativa" (Wikipedia).

Dicha genérica definición desarrolla, seguidamente, cuáles suelen ser los más plausibles objetivos prácticos que pretenden dichas operaciones.

Siendo éstos naturalmente ciertos, en ocasiones, dichas miras pueden encerrar alguna que otra diferente meta: la simple suma aritmética, por ejemplo, (hacer más grande a un determinado grupo militante).

Es decir que no siempre, ni en "primum movens" necesariamente, la intención de concordar bloques políticos han de ir dirigidos, ni al acceso de gobiernos, ni a institución ninguna.

Lo que no resulta enmascarable, en todo caso, es que este propósito de crecimiento implicita la aspiración de incrementar su fortaleza competidora, ya sea sobre la arena electoral, como también y desde luego, respecto a alcanzar una mayor capacidad de influencia socio-política. Estarían procurándose, por tanto, unas mayores garantías de equiparidad (o, ¿porqué no?, de primacía) frente a sus pugnantes organizaciones.

Esta prioritaria finalidad práctica viene generada desde la propia raíz de todo grupo político que se precie. Me resulta excesivamente manida (y falaz) la general crítica negativa que, desde las respectivas abanderadas portavocías, recriminan a aquéllos otros oponentes que no esconden sus ansias hegemónicas -quienes no las persiguen suelen renunciar a ello por su más elemental imposibilidad-.

A día de hoy, a nadie medianamente informado le resulta relativamente dificil discernir de entre los distintos ropajes que visten al actual espectro político español; lo que, en el caso de cuadros políticos, militantes de base, o simpatizantes activistas, la posibilidad de errar en la respectiva identificación clasificatoria ideológica, o de métodos, queda indubitablemente minimizada.

Nuestro actual panorama político se encuentra en una ardua encrucijada para nada peculiar. El surgimiento de partidos de nuevo cuño (ante la inoperancia del clásico bipartidismo) ha trastocado cualquier lógica analítica previa -en estos momentos las agencias demoscópicas se encuentran en serio riesgo de viabilidad-.

La autoría del dramático estado social a que se nos ha marginado, como bien sabemos, corresponde en exclusiva a la conducción alternativa de los gobiernos neo y socioliberales del PP, versus PSOE, junto al incondicional abrigo de las "impagables recomendaciones" de las instituciones europeas.

El segundo desnaturalizado partido citado (PSOE), reconozcámoselo, sí que logró específicos y parciales avances sociales hacia ese, ahora congruentemente demeritado Estado del Bienestar. Y... sorprendentemente fueron ellos también, sus mismos electos representantes -entonces combativos protagonistas en persecución de tan anhelado objetivo- quienes, en una primera peripecia insospechada y pérfida, nos "pusieron bajo los caballos" del encarnizado enemigo capitalista, reduciendo drástica y arteramente nuestro hasta entonces optimista horizonte.

Pero han sido los ínclitos relevos "peperos" en la gobernanza del país quienes, no solo han prolongado sine die nuestro deterioro convivencial, sino que las incrementadas medidas austericidas supranacionales, cumplimentadas todas con inmediata celeridad por este conservador partido, han marginado a nuestra ciudadanía a extremos humanamente insostenibles.

En mi opinión sin embargo, nuestros sorprendentes factores políticos devenidos en las más recientes fechas, han propiciado la aparición de estimulantes renovadores aires de cambio (dos comicios generales en este mismo año, y a las puertas de un tercero a sus postrimerías, si los dioses de los creyentes no lo remedian).

En la primera de las oportunidades fueron los estúpidos espurios intereses,  los pretenciosos egoístas protagonismos, o simplemente los teatralizados "postureos" de los máximos líderes políticos (también desde la supuesta izquierda) los que echaron por tierra las plausibles esperanzas de muchos de nosotros, nos desdeñaron de forma imperdonablemente irrespetuosa.

Teniendo en cuenta que el imprevisible devenir político de nuestro país curiosamente (o no tanto) se refleja sustantivamente en todas las formaciones partidarias -en estos momentos absortas en dilucidar qué alternativo horizonte les es más propicio-, Alternativa Socialista está, como los demás, igualmente obligada a elegir su inmediato próximo camino de entre las más viables disyuntivas venideras. 

Cuantos/as quienes, de una u otra manera, estamos comprometidos con la política activa, la presente grave incertidumbre debería obligarnos, cuando menos, al más serio y reflexivo ejercicio de estudio y a su posterior corresponsable debate intrapartidario, sin prejuicios, serenamente y con la suficiente intelectual frialdad que merece.

A ese propósito y en nuestro caso, contamos con el adecuado foro común, Alternativa Socialista, y con los más operativos, inmediatos y modernos medios de comunicación; ya lo venimos haciendo desde prolongado tiempo con intercambio de opiniones, discusiones argumentales y sugerencias, todos de calado político. Como documentación referencial y consultiva tambien contamos con diversas Actas conclusivas de nuestras precedentes asambleas del Comité Federal y Secretariado Permanente, así como con sesudos trabajos analíticos de autoría interna.

Precisamente mis más inmediatas  referencias del inicio eran encauzadoras y absolutamente  intencionadas: exponía distintivas posibles finalidades justificativas de colaboración partidaria, praxis corriente y entendible por todos.

Mientras tanto, al menos en mi caso, sigo manteniendo mi absoluta coincidencia con el hasta ahora oficial ideario de nuestro Grupo (CLIAS): partido mosaico de la izquierda; socialista democrático, republicano, federalista, laico, ecologista, feminista, defensor de los trabajadores, de la justicia social y de los derechos humanos.

En todo momento continuaré exigiendo su total horizontalidad y transparencia y, consecuentemente, la plena libertad de expresión, opinión y derecho a la discrepancia entre sus integrantes. A la general información censal federal, funcional y orgánica, así como a la participación activa (con voz y voto de cada militante -si no existe ningún condicionante estatutario- …por cierto, este último y a mi parecer, muy susceptible de actualización).

Si lo aquí expuesto se admite como conveniente en CLIAS, sugiero entonces, que la elección de los siguientes capítulos a escribir por Alternativa Socialista resulten lo mayoritaria y suficientemente consensuados con ocasión de la próxima Asamblea General, en Madrid.

Confío, pues, poder compartir con vosotros/as, en socialista fraternidad, el mejor de nuestros  éxitos  asamblearios el próximo octubre, habiendo acertado con el más conveniente, fructífero y firme camino hacia la consolidación de Alternativa Socialista y su proyección política.

¡SALUD Y  REPÚBLICA!.

Toni Fernández
Secretario de Organización (Comunidad de Madrid)
Alternativa Socialista (CLIAS)