¡Cuánto cuesta desprenderse de las secuelas autocráticas!.
Borrar la alienación impuesta a la sociedad española, amordazada y amenazada por el Régimen franquista durante casi cuarenta años (varias generaciones entre tanto), constituye una labor difícil y prolongada -mucho más de lo deseable-.
A dichas generaciones nacidas durante el autoritario terror fascista, se les educó (al menos desde las escuelas públicas) en la "Formación del Espíritu Nacional" y del más férreo Nacional Catolicismo -no en vano la mayor parte del profesorado había sido seleccionado de entre las filas falangistas-.
Si hasta Viriato "fue español"; si los comunistas portaban cuernos, rabo y tridente; si teníamos que formar en "prietas filas" e izar las tres banderas vencedoras y cantar el "Cara al sol" y "Montañas Nevadas"; hacer el saludo romano al entrar en las aulas, o al cruzarnos con algún profesor. Cantar "Con flores a María", en mayo, y rezar el "santo rosario" con frecuencia.
Si además de todo ello, después, con la conciencia intelectual bajo supuesto íntimo y exclusivo control personal, los más, sucumbieron a la inducida seducción del fútbol y los toros; y si las féminas dedicaron las prioridades a prepararse para el general y sagrado oficio de "ama de casa", obtendremos el ideal objetivo planificado por el franquismo: una sociedad dócil, adocenada, y sometida a su absoluto control.
Tras la muerte del dictador y una vez recorrida la difícil y traidora "Transición"; después de obtenida la falseada democracia española (no hubo ruptura política previa), jamás se hizo, deliberadamente, ninguna pedagogía política -ningún gobierno se ha mostrado interesado ...hasta ahora-.
Una de las nefastas consecuencias de lo antedicho son, sinceramente así lo creo, los paradójicos e incomprensibles resultados electorales en España.
¿Cómo, si no, puede entenderse que la ciudadanía española siga otorgando su confianza al más corrupto partido político que ha gobernado (más bien mangoneado y robado) al país durante tanto tiempo, pendiente en la actualidad de gravísimas sentencias acusatorias, y con muchos de sus máximos líderes obligados inquilinos carcelarios?.
Por otra parte, ¡cuánta indeseable ambición humana!; ¡cuánta debilidad, también!; ¡cuánta dependencia crea el afán arribista!.
Los dúctiles devaneos y compromisos con los fácticos poderes (siempre "pagaderos"), de centenarios partidos políticos que se proclaman de izquierdas, están condicionando e impidiendo un posible -aunque dificultoso- gobierno progresista-, en tan críticos momentos para España.
Y es a ésto precisamente a lo que no se tiene derecho, a engañar a la ciudadanía. Si, finalmente, el PSOE (sus cúpulas directivas: Comité Federal) ha tomado otras sendas ideológicas, están, además de en su legítimo derecho -a expensas de lo que digan sus bases-, sobre todo, en la moral obligación de confesarlo y hacerlo público.
No se debe permitir que gran parte de sus votantes crean estar eligiendo, en las urnas, una opción política diferente (muchas veces enfrentada) a la que dicho partido afirma defender en su propaganda electoral.
Si se pudiera exigir, bajo seria sanción, el lineal y específico cumplimiento ideológico partidario de cada Organización política nos iría a todos mucho mejor ...
Toni Fernández
Secretario de Organización, Madrid
Alternativa Socialista (CLIAS)
Secretario de Organización, Madrid
Alternativa Socialista (CLIAS)
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