Personalmente me reconozco un negado absoluto en Economía, pero lo que más me sorprende es comprobar la disparidad tan opuesta que se nos ofrece al neófito público por parte de sus más supuestos peritos, a la hora de presentarnos sus respectivos y profundos análisis.
En España y en el cono sur europeo, venimos sufriendo las nefastas consecuencias de la aplicación de las "sugerencias" de los consecutivos Comisarios de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE para salir de la actual crisis que nos embarga y nos ahoga.
Hasta el pasado día 4 de julio, era el señor Olli Rhen quien dictaba las medidas más convenientes para dicha salida (destacando de entre ellas sus "magistrales" fórmulas dirigidas a los recalcitrantes y rebeldes países sureños). El señor Rhen es conocido por ser el máximo portavoz del neoliberalismo (aunque no discordaba mucho de estas ideas su predecesor, Joaquín Almunia -socialdemócrata, al parecer-).
No resultan, entonces, muy diferentes las opiniones de sendos aparentes rivales ideológicos; o tal vez tan solo se trate de afinidades interpretativas de la más pura ortodoxia profesional.
Como quiera que sea, el desastre producido en la economía de los respectivos países y en las formas de vida de las poblaciones de esta más deprimida área europea han sido demoledores y por desgracia, para prolongado tiempo.
A pesar de tales evidencias, tanto este dogmático de la fe neoliberal (Rhen), pero también el resto de la llamada Troika (el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo) han venido persistiendo -hasta ayer- en la necesidad de continuar profundizando, aún más (que al parecer, sí cabe), en más medidas de austeridad para estos citados países, ejemplo del descontrol y del derroche "desaforados" (según apreciación personal de tan alto dignatario).
Tal patético personaje (y no hay otra forma de definirlo) se mantenía firmemente en el criterio de esta necesidad de austeridad a ultranza, señalando que en España sus recomendaciones están dando sus frutos, pues en los presentes tiempos ya está saliendo de la crisis (opinión plenamente compartida, cómo no, con nuestro ínclito Presidente del Gobierno actual).
La más cierta verdad analítica (en opinión del para nada desacreditado Vicenç Navarro) es que todos los datos nos muestran que fue la crisis la que creó el déficit público y no al revés -criterio mantenido a "marchamartillo" por el recién dimitido Rhen-. Nuestro propio ejemplo lo evidencia: puesto que España estaba en superávit, y no en déficit, cuando se inició la crisis, ¿cómo puede, este ex-Comisario, sostener que la causa de la crisis es el déficit público?.
En realidad no ha sido, sino el enorme desempleo, creado, en parte, por estas precisas políticas de austeridad y recortes del gasto público, lo que generó una ralentización de la demanda y del crecimiento económico, causa de la dramática reducción de los ingresos del Estado (consecuencia de que la gran mayoría de impuestos en España se basan en las rentas del trabajo y muy poco en las rentas del capital); ésto y no otra cosa fue lo que disparó el déficit público.
Los datos que apoyan esta interpretación están al alcance de cualquiera (insiste el citado Vicenç Navarro).
Obra de las frivolidades del señor Rhen, es su otra propuesta para salir de la crisis: la reducción de salarios para hacer la economía más competitiva (cumplido inmediatamente y a rajatabla por su homólogo Rajoy, cumplidor extricto de los dogmas neoliberales).
Sorprendentemente, o no tanto, jamás este malabarista de las finanzas, insisto, nunca, ha sugerido que se reduzcan los beneficios empresariales (pues ya se sabe que los beneficios forman también parte de los costes de producción, y por tanto, de igual forma podrían, en secuencia natural, bajarse los precios de los productos mediante una reducción de los beneficios (¡ah!, pero no, no puede ser, porque esta idea no es contemplada en ningún momento, en el manual de la oratoria neoliberal).
Más bien se ha producido lo contrario: a medida que los despidos se han incrementado drástica y velozmente en nuestro país y los salarios han ido bajando (Reforma Laboral tan elogiada por estos nuevos y renovadores liberales) los beneficios empresariales han ido aumentando -de aquí este aparente y todavía incipiente resurgimiento hispano tan solo macroeconómico; pues el deterioro familiar, junto al aumento de la inseguridad laboral sigue haciendo insoportable e insostenible la actual situación de nuestra temerosa población-.
Una de las inmediatas conclusiones de lo expuesto, y siendo realmente benévolo, es la extraordinaria incompetencia del ya inmediato pretérito Comisario Europeo, cuando no, podríamos, con pleno derecho, sospechar de un perfectamente intencionado y premeditado plan ideológico neoliberal que ha venido a trastocar, drástica y rotundamente, la ya previa desequilibrada correlación de fuerzas sociales en nuestro viejo continente.
"El Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, recientemente, nos ha confirmado la sustitución del vicepresidente y responsable de Asuntos Económicos y Monetarios, el finlandés Olli Rhen, por su compatriota Jyrki Katanien, quien ha dejado su cargo como primer ministro para trasladarse a Bruselas".
Para el próximo octubre deberá estar formado el nuevo Ejecutivo Comunitario, en sustitución del actual.
"Jyrki Katanien es el líder del conservador Partido de la Coalición Nacional finlandés. Su consenso con la lider socialdemócrata, Jutta Urpilainen, sobre las condiciones de la contribución de Finlandia, país sin agobios de déficit o deuda, pero no por ello despreocupado de la austeridad a las ayudas a los Estados socios en riesgo de "default", desbloqueó la concesión de 78.000 millones de euros en créditos a Portugal, pero no desplazó a Helsinki el "núcleo duro" europeo encabezado por Berlín. A pesar de las presiones de una opinión doméstica, reacia al socorro con dinero público de las economías periféricas del euro y a las fuertes reticencias de su socio principal, el SPD alemán" .
Katainen se ha acreditado como un ministro eficiente en su país, que diseñó una política integral dirigida a impulsar el crecimiento, crear empleo y, al mismo tiempo, evitar el endeudamiento y el déficit excesivos.
Confiemos, aunque no demasiado (por su pertenencia e innegable disciplina neoliberales) en que este nuevo representante de tan fundamental Comisaría continental nos resulte, cuando menos, mucho más razonable que su colega dimisionario y nos pueda compensar, al menos parcialmente, con medidas más eficaces, pero sobre todo más humanas y viables a estos marginados países sureños. Todo ello, hasta tanto en cuanto no alcancemos, los verdaderos progresistas políticos, las más efectivas y determinantes (aunque siempre democráticas) riendas del poder Comunitario Europeo.
¡AMÉN!
No resultan, entonces, muy diferentes las opiniones de sendos aparentes rivales ideológicos; o tal vez tan solo se trate de afinidades interpretativas de la más pura ortodoxia profesional.
Como quiera que sea, el desastre producido en la economía de los respectivos países y en las formas de vida de las poblaciones de esta más deprimida área europea han sido demoledores y por desgracia, para prolongado tiempo.
A pesar de tales evidencias, tanto este dogmático de la fe neoliberal (Rhen), pero también el resto de la llamada Troika (el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo) han venido persistiendo -hasta ayer- en la necesidad de continuar profundizando, aún más (que al parecer, sí cabe), en más medidas de austeridad para estos citados países, ejemplo del descontrol y del derroche "desaforados" (según apreciación personal de tan alto dignatario).
Tal patético personaje (y no hay otra forma de definirlo) se mantenía firmemente en el criterio de esta necesidad de austeridad a ultranza, señalando que en España sus recomendaciones están dando sus frutos, pues en los presentes tiempos ya está saliendo de la crisis (opinión plenamente compartida, cómo no, con nuestro ínclito Presidente del Gobierno actual).
La más cierta verdad analítica (en opinión del para nada desacreditado Vicenç Navarro) es que todos los datos nos muestran que fue la crisis la que creó el déficit público y no al revés -criterio mantenido a "marchamartillo" por el recién dimitido Rhen-. Nuestro propio ejemplo lo evidencia: puesto que España estaba en superávit, y no en déficit, cuando se inició la crisis, ¿cómo puede, este ex-Comisario, sostener que la causa de la crisis es el déficit público?.
En realidad no ha sido, sino el enorme desempleo, creado, en parte, por estas precisas políticas de austeridad y recortes del gasto público, lo que generó una ralentización de la demanda y del crecimiento económico, causa de la dramática reducción de los ingresos del Estado (consecuencia de que la gran mayoría de impuestos en España se basan en las rentas del trabajo y muy poco en las rentas del capital); ésto y no otra cosa fue lo que disparó el déficit público.
Los datos que apoyan esta interpretación están al alcance de cualquiera (insiste el citado Vicenç Navarro).
Obra de las frivolidades del señor Rhen, es su otra propuesta para salir de la crisis: la reducción de salarios para hacer la economía más competitiva (cumplido inmediatamente y a rajatabla por su homólogo Rajoy, cumplidor extricto de los dogmas neoliberales).
Sorprendentemente, o no tanto, jamás este malabarista de las finanzas, insisto, nunca, ha sugerido que se reduzcan los beneficios empresariales (pues ya se sabe que los beneficios forman también parte de los costes de producción, y por tanto, de igual forma podrían, en secuencia natural, bajarse los precios de los productos mediante una reducción de los beneficios (¡ah!, pero no, no puede ser, porque esta idea no es contemplada en ningún momento, en el manual de la oratoria neoliberal).
Más bien se ha producido lo contrario: a medida que los despidos se han incrementado drástica y velozmente en nuestro país y los salarios han ido bajando (Reforma Laboral tan elogiada por estos nuevos y renovadores liberales) los beneficios empresariales han ido aumentando -de aquí este aparente y todavía incipiente resurgimiento hispano tan solo macroeconómico; pues el deterioro familiar, junto al aumento de la inseguridad laboral sigue haciendo insoportable e insostenible la actual situación de nuestra temerosa población-.
Una de las inmediatas conclusiones de lo expuesto, y siendo realmente benévolo, es la extraordinaria incompetencia del ya inmediato pretérito Comisario Europeo, cuando no, podríamos, con pleno derecho, sospechar de un perfectamente intencionado y premeditado plan ideológico neoliberal que ha venido a trastocar, drástica y rotundamente, la ya previa desequilibrada correlación de fuerzas sociales en nuestro viejo continente.
"El Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, recientemente, nos ha confirmado la sustitución del vicepresidente y responsable de Asuntos Económicos y Monetarios, el finlandés Olli Rhen, por su compatriota Jyrki Katanien, quien ha dejado su cargo como primer ministro para trasladarse a Bruselas".
Para el próximo octubre deberá estar formado el nuevo Ejecutivo Comunitario, en sustitución del actual.
"Jyrki Katanien es el líder del conservador Partido de la Coalición Nacional finlandés. Su consenso con la lider socialdemócrata, Jutta Urpilainen, sobre las condiciones de la contribución de Finlandia, país sin agobios de déficit o deuda, pero no por ello despreocupado de la austeridad a las ayudas a los Estados socios en riesgo de "default", desbloqueó la concesión de 78.000 millones de euros en créditos a Portugal, pero no desplazó a Helsinki el "núcleo duro" europeo encabezado por Berlín. A pesar de las presiones de una opinión doméstica, reacia al socorro con dinero público de las economías periféricas del euro y a las fuertes reticencias de su socio principal, el SPD alemán" .
Katainen se ha acreditado como un ministro eficiente en su país, que diseñó una política integral dirigida a impulsar el crecimiento, crear empleo y, al mismo tiempo, evitar el endeudamiento y el déficit excesivos.
Confiemos, aunque no demasiado (por su pertenencia e innegable disciplina neoliberales) en que este nuevo representante de tan fundamental Comisaría continental nos resulte, cuando menos, mucho más razonable que su colega dimisionario y nos pueda compensar, al menos parcialmente, con medidas más eficaces, pero sobre todo más humanas y viables a estos marginados países sureños. Todo ello, hasta tanto en cuanto no alcancemos, los verdaderos progresistas políticos, las más efectivas y determinantes (aunque siempre democráticas) riendas del poder Comunitario Europeo.
¡AMÉN!